Como se espera el frescor de una tarde
como del día una luz se espera
así termina por dentro y por fuera
la llama oscura que nunca arde.
La soledad efímera que emites
al cruzar una puerta y recorrer
la calle de algún sitio que permites
antes cae y no puede crecer.
Naciste, aliviaste mi deseo
ansiado de poblar tanto vacío
de un teatro armado que ya no veo.
Algo hay en ti que insiste en ser mío
algo sin lluvia de lo cual yo creo
un río será, será como un río.
quinta-feira, 9 de outubro de 2008
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Um comentário:
Lo de la pupila, sí: yo no había reparado en ese aspecto biológico e imposible (qué despistada soy, Dios mío). Pero sobre lo segundo, no: para Bécquer es totalmente diferente la poesía del poema. La poesía eres tú, dice en Cartas literarias porque la poesía es el sentimiento y el sentimiento es la mujer (qué machista). El poema es un descarnado esqueleto que, saldrá a la luz, si viene un poeta, que haga el poema y transforme la poesía-el sentimiento-la verdad...en ese descarnado esqueleto que es el poema.
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