domingo, 23 de março de 2008

El idioma de los ángeles

La Semana Santa suele regalarme con un ánimo propicio para la indagación. Dado que muchos católicos emulan el generoso espíritu de Hesíodo, no es de extrañar que los ángeles y su incontestable jerarquía se domicilien con poderosa convicción en el mapa de sus creencias. Es probable que muchos de ustedes ignoren cómo es el idioma de los ángeles. Pues bien, creo haber encontrado la solución para este enigma. Antes debo prologar algunos comentarios. Me ayudan las serviciales informaciones de un señor llamado Miguel Ángel Arcel que escribe en un sitio especializado sobre ángeles. Ahí consta que para invocar a un ángel no hace falta saber su nombre. Basta que el solicitante musite cualquier nombre y el convocado vendrá. Arcel no explica cómo hace el ángel en cuestión para saber que no es otro el invocado, de lo que podemos sospechar que los ángeles están premunidos de omnisciencia. Esta comunicación no es física, pues sería deleznable que entidades celestiales amasaran recursos terrestres. Su lenguaje no pertenece a este mundo, pero puede ser decodificado por cualquier ser humano, independiente de la lengua que utilice. Lo que ocurre, se explaya Arcel, es que la percepción no pasa por el oído. Reproduzco literalmente sus palabras: "Se activa un centro energético que está en la coronilla de la cabeza, también llamada Chacra de la corona y tiene su relación física con la glándula pituitaria" Estas aserciones científicas son evidencias suficientes de la realidad de lo descrito y ponen en entredicho los rebates de los escépticos.
Si pudiéramos oír el lenguaje angelical percibiríamos una masa informe de consonantes desprovistas de vocales.
Estas contribuciones de Arcel no me han dejado indemne. Por ello he meditado sobre el asunto, y después de inquirir muchas páginas sobre la materia, se me ha concedido la siguiente revelación: los ángeles hablan polaco. Szczecin y Bydgoszcz son nombres de localidades. La presencia de vocales no rebaja mi descubrimiento, pues los ángeles las pronuncian de manera tan cerrada que prácticamente amputan su dicción. Creo que Arcel no había notado este detalle tan central. Agrego esta otra prueba, también incontestable: La traducción polaca de Día de todos los Santos es Wszystkich Swietych. La erosión vocálica da el siguiente resultado: wszstkchswtch. Obsérvese, además, que esta efeméride remembra precisamente a colegas de los ángeles, lo cual es utilísimo para refutar cualquier intento de negación del idioma de los ángeles.
Espero sinceramente haber complementado las indagaciones de Miguel Ángel Arcel. Asimismo, cuento que estas informaciones despejen las dudas que ustedes arrastraban sobre este añoso dilema.

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