sábado, 22 de março de 2008

Pintura abstracta

Hablando de pintura, quisiera comentar una anécdota que viene a colación para una evidencia que quisiera compartir. En cierta ocasión, una persona de cuyo nombre no debo acordarme, le pidió a mi padre que le pintara un cuadro abstracto. Mi Padre, solícito, le confió algunas reproducciones de Pollock, Rothko y no recuerdo quién más para extraer algún modelo. La persona, consternada, le comentó: "No, no, esos cuadros no. Yo quiero algo así". Los cuadros que apuntaba con el dedo eran reproducciones de, creo, Gainsborough. La consternación cambió ahora de dueño. Mi padre prefirió no replicarle nada y continuó desvelándole otras muestras de pintura "abstracta".
Yo sigo viendo y reviendo cómo ese arte, que quiso ser el más honesto de todos, insiste en revivir en salas de hospital, consultorios, escuelas, municipalidades o agencias de viaje, siempre en pasillos, casi siempre resguardados por vidrios y enmarcados en tonos pastel. Es invariable: las muestras que menciono son siempre brochazos rápidos, con una clara tendencia al amarillo o al rojo aguado. No logro llamar arte a estas muestras. Se nota que se limitan a cumplir requisitos, a no crear discordias, a portarse bien con la pared, con los muebles. Son el equivalente pictórico de las plumas en la almohada. Estas telas, constátenlo, son siempre ignoradas, nunca ganan comentarios ni público, nunca nadie las ve. He comprobado esta merecida realidad como si acometiera una especie de ejercicio. Estas telas no difieren en nada de la inspiración que puede promover, por ejemplo, una persiana, a pesar de que, convengamos, esta última suele ser bastante más servicial.

Um comentário:

Discoteca Completa disse...

Vou comentar em português...

Me parece que a arte, hoje, não passa de imagem. E não me refiro apenas à pintura. Na literatura, na música, as pessoas parecem não dar a mínima importância à obra.

Estamos na era do marketing, e quem consegue vender melhor o seu produto é que progride nesse mercado...